El partido político y grupo militante que llama a la liberación de Palestina ha tenido en cuenta las condiciones internas y regionales en su respuesta a la guerra genocida de Israel.
La aceptación pública de los excesos extranjeros de Estados Unidos —la búsqueda de monstruos para destruir— conduce a la aceptación de la guerra, y a la aceptación de la guerra por otros medios, escribe Andrew P. Napolitano.
Donald Trump se ha convertido en el personaje central de la política estadounidense en torno al cual gira todo. Pero gane o pierda, el status quo imperial no cambiará, dice Caitlin Johnstone.
En el día en que Estados Unidos recuerda a sus muertos en la guerra, mirar cómo compensar las muertes de civiles causadas por el ejército estadounidense (en masacres terrestres, aéreas y nucleares) nunca ha sido una prioridad, escribe Nick Turse.
El estatus de los Emiratos en Washington es una historia de amplio lobby, financiación generosa y acercamiento con Israel, independientemente de los crímenes de guerra de este último en la región.
Miles de palestinos –y otros árabes– estarán planeando actos violentos de venganza por Gaza. ¿Hasta dónde llegarán los gobiernos árabes para proteger los intereses estadounidenses e israelíes de sus enojadas poblaciones?
Los editores de The New York Times saben exactamente lo que están haciendo cuando cubren la hambruna deliberada de civiles palestinos por parte de Israel como si fuera un informe meteorológico, escribe Caitlin Johnstone.
Las columnas de Steven Stalinsky en The Wall Street Journal y Thomas Friedman en The New York Times ofrecen estudios de casos de periodismo poco ético, escriben Mischa Geracoulis y Heidi Boghosian.