Trump claramente no es el cambio necesario, afirma John Wight, pero entiende mucho mejor a los Estados Unidos que para Washington se han convertido en territorio enemigo.
El Congreso no ha declarado la guerra a Irán ni ha autorizado el uso de fuerzas militares estadounidenses contra ese país, escribe Andrew P. Napolitano. Sin embargo, la Casa Blanca dice que está enviando alrededor de 100 soldados a Israel.
“El patrón de intimidación puede empeorar”: el oficial irlandés retirado Kevin McDonald comparte sus conocimientos sobre las tácticas israelíes con Mick Hall mientras continúan los ataques de las FDI a las posiciones de la ONU en el sur del Líbano.
El capitalismo tendría que inventar un Guardian, si no existiera ya, escribe Jonathan Cook. Y, a su vez, The Guardian tendría que inventar un George Monbiot, si no fuera ya uno de sus columnistas.
El bombardeo israelí de Beirut refleja sus duros ataques contra Gaza y simboliza el desdén por la vida humana que caracteriza la guerra israelí y estadounidense.
Roger Hallam, encarcelado, cree que la resistencia no tiene que ver, en última instancia, con lo que podemos o no podemos lograr. Se trata de un “reencantamiento del mundo”, dice. “Se trata de que nuestro espíritu ocupe el centro del escenario”.
Las élites políticas de Estados Unidos no son impotentes para frenar al régimen rebelde israelí: son impotentes para actuar contra el grotesco lobby, encabezado por el AIPAC (aunque no se limita a él), al que se han vendido.