Algunas de las naciones que se han unido para defender la Carta de la ONU –particularmente Rusia y China– han brindado a Venezuela alternativas al sistema financiero y comercial dominado por Estados Unidos, escribe Vijay Prashad.
El nieto de Salvador Allende, el presidente democráticamente electo de Chile que fue derrocado por una junta fascista respaldada por Estados Unidos hace 50 años, el 11 de septiembre de 1973, habló con CN en una conferencia en Australia recordando el golpe. (con transcripción en español).
Chile bajo Pinochet fue el campo de experimentación de un proyecto económico, el neoliberalismo, que inspiró tanto a Ronald Reagan como a Margaret Thatcher. También fue un laboratorio de tortura y desaparición forzada de seres humanos, escribe Brad Evans.
En ese momento, hace 50 años, el lunes, el golpe fue visto no sólo como un ataque al gobierno de Unidad Popular de Salvador Allende, escribe Vijay Prashad. Fue un ataque al Tercer Mundo.
Como suele ocurrir en la historia, las acciones de un imperio moribundo crean un terreno común para que sus víctimas busquen alternativas, escribe Vijay Prashad.
En medio de una expansión de la membresía, los líderes del bloque se pronunciaron en contra de las sanciones, las condiciones sobre el crédito soberano y la hegemonía del dólar, informa Abdul Rahman.
A medida que la historia continúa, algunos se aferran frenéticamente a las certezas del viejo mundo que se hunde. Para algunos europeos, el respeto y la reciprocidad siguen siendo conceptos difíciles, afirma Peter Mertens.
Que los presidentes estadounidenses sigan contratando a alguien tan tiránico, corrupto y asesino dice todo lo que se necesita saber sobre la naturaleza de la política exterior estadounidense.
Desde Bolivia hasta Sri Lanka, los países hartos del ciclo de austeridad y deuda impulsado por el FMI y de la intimidación del bloque liderado por Estados Unidos están empezando a hacer valer sus propias agendas, escribe Vijay Prashad.
En el pasado se han hecho muchos llamados a reformar el Consejo de Seguridad, pero Ramzy Baroud dice que la posición de Beijing es particularmente importante tanto en el lenguaje como en el momento.