Después de que los fiscales australianos desestimaran el caso por “apología del genocidio” contra el funcionario israelí Mark Regev, el demandante dice que el asunto ahora será enviado a la Corte Penal Internacional en La Haya.
Moshe Ya'alon se ha negado a disculparse por decir que Israel está cometiendo una limpieza étnica en Gaza porque "refleja la realidad sobre el terreno". También dijo que las Fuerzas de Defensa de Israel "no son el ejército más moral". Joe Lauria informa.
Como era de esperar, Benjamin Netanyahu ha respondido a esta decisión vociferando antisemitismo. Lo hace porque no tiene nada que se parezca a un argumento real en su defensa, y nadie más lo tiene.
Karim Khan, fiscal jefe de la Corte Penal Internacional, acusa al Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y al Ministro de Defensa, Yoav Gallant, de numerosos crímenes, entre ellos “el hambre como método de guerra” y “atacar deliberadamente a civiles”.
Un abogado de Israel argumentó que las declaraciones del primer ministro israelí y de los miembros del gabinete sobre su intención de cometer genocidio eran meras “afirmaciones aleatorias”, y en cambio acusó a Sudáfrica de complicidad en el genocidio, informa Joe Lauria.
La petición de Sudáfrica para detener lo que alega es un genocidio israelí en Gaza comenzó el jueves en la Corte Internacional de Justicia. Gareth Porter informa.
Radio Nueva Zelanda (RNZ), por ejemplo, dice que decidió no transmitir ni informar sobre los comentarios de un invitado palestino porque "habría robado un tiempo valioso" a los entrevistados, escribe Mick Hall.
Israel no sólo está diezmando Gaza con ataques aéreos sino que también está empleando el arma de guerra más antigua y cruel: el hambre. El mensaje de Israel, en vísperas de una invasión terrestre, es claro. Salir de Gaza o morir.
El hermano Peter Bray, vicerrector de la Universidad de Belén, dice que lo que ha presenciado está "cerca del genocidio" y está presionando al primer ministro interino de Nueva Zelanda para que se pronuncie contra el castigo colectivo de los habitantes de Gaza, escribe Mick Hall.