La pérdida de las normas democráticas básicas comenzó mucho antes de Trump, lo que allanó el camino hacia el totalitarismo estadounidense. Trump es el síntoma, no la enfermedad.
Con las elecciones de mitad de período en Estados Unidos el martes, Biden y otros políticos del establishment esperan disimular la podredumbre y el dolor del sistema que crearon con el mismo decoro que usaron para vender al país la estafa del neoliberalismo.