Trump hará muchas cosas malvadas, pero ninguna revertirá el hecho de que Biden acaba de pasar cuatro años promoviendo el genocidio, la política nuclear arriesgada y el autoritarismo.
Los críticos del asesinato en Teherán de Ismail Haniyeh, una figura clave en las negociaciones de alto el fuego, dicen que aumenta las posibilidades de una guerra total entre Israel e Irán.
Siete personas, entre ellas diplomáticos iraníes y un alto comandante del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, murieron en el ataque aéreo de Israel el lunes contra el consulado de Teherán en Damasco.
Ya no basta con atar a los corresponsales a la perspectiva de los militares desde cuyo lado informan. Parece que estamos en camino de que se peleen guerras (guerras enormes, sangrientas y con consecuencias) sin ningún testigo.
La retórica excepcionalista de los neoconservadores (ahora habitual) lleva a Washington a conflictos en todo el mundo, de una manera inequívoca y maniquea, escriben Medea Benjamin y Nicolas JS Davies.
No es algo que pueda salir y decir directamente, porque admitir que se ve a sí mismo como los gobernantes del mundo lo haría parecer tiránico y megalómano, escribe Caitlin Johnstone.
Oxfam está presionando al Consejo de Seguridad de la ONU para que “inyecte nueva urgencia” a las conversaciones de paz después de que el número de muertes de civiles a causa de los ataques liderados por Arabia Saudita batiera récords este mes.
Los estadounidenses se han vuelto cada vez más escépticos respecto del uso de la fuerza militar para asuntos que van más allá de la defensa de la patria estadounidense, escribe Trita Parsi.
Con la mirada puesta en un retorno de Estados Unidos a los “acuerdos y normas internacionales”, los líderes iraníes han acogido con cautela la victoria demócrata.