La alfabetización nos da el poder de construir una vida colectiva: nos permite ver nuestra historia con claridad, ser críticos con nuestro presente y exigir lo imposible para el futuro.
Durante todo el proceso, y para su eterna vergüenza, Occidente, junto con los gobiernos árabes de la región, se han mantenido al margen y no han ofrecido nada que impida una intervención seria y significativa, escribe John Wight.