
Ha habido victorias inmensas y derrotas catastróficas, escribe Vijay Prashad.
Después de que Donald Trump sacara a Estados Unidos de la OMS el viernes, la reputación de la agencia se ha dañado mucho menos que la imagen de Estados Unidos, argumenta Barbara Crossette.
Una ironía de la situación es que la autoridad sanitaria internacional ha sido criticada durante décadas por estar demasiado influenciada por Estados Unidos, escribe Adam Kamradt-Scott.