
Robert Mueller pareció tener dificultades para entender y responder preguntas durante sus audiencias de un día de duración el miércoles, pero se puso firme para exponer puntos políticos, dice Joe Lauria.
Los demócratas, los taquígrafos que se hacen pasar por periodistas y el “equipo de Mueller” necesitarán todo el tiempo posible para encontrar respuestas imaginativas a dos recientes revelaciones explosivas, dice Ray McGovern.
Un juez federal en Washington, DC, acaba de cerrar la mitad del caso de interferencia rusa de Robert Mueller, escribe Daniel Lazare.
La idea de que las revelaciones de correo electrónico del Comité Nacional Demócrata fueron producidas por un hackeo -no una filtración- tiene cada vez menos sentido, escribe Daniel Lazare.
La evidencia es clara: hubo un esfuerzo amplio y coordinado por parte de la administración Obama, con la ayuda de gobiernos extranjeros, para atacar a Donald Trump y presentarlo como un títere ruso, escribe Larry Johnson.
El “asesinato colateral” causó sensación en los medios de comunicación en 2010 y condujo al encarcelamiento de Chelsea Manning y a una investigación del Departamento de Justicia sobre Julian Assange, informa Elizabeth Vos. Pero los crímenes de guerra que expuso el vídeo no metieron en problemas a nadie más.