La popularidad tanto de William Wordsworth, el poeta romántico inglés, como de la franquicia Avatar, en sus respectivas épocas, indica un constante declive hacia la destrucción, escribe Jonathan Cook.
Nuestros medios corporativos ignoran el sufrimiento de la clase trabajadora, dentro y fuera de Estados Unidos, y, sin embargo, es una de las cuestiones de derechos humanos más importantes de nuestra era.