
La Casa Blanca se está comprometiendo con la supervivencia y la longevidad de uno de los regímenes más totalitarios de la región y del mundo.
Los principales medios de comunicación estadounidenses excluyen casi todos los informes y análisis que cuestionan el “pensamiento grupal” neoconservador/liberal-intervencionista sobre la supuesta amenaza rusa, pero de vez en cuando se escapa un reconocimiento indirecto de la realidad, como descubrió con sorpresa Gilbert Doctorow.