
La escalada de la guerra entre Rusia y Ucrania por parte de la OTAN, así como el creciente conflicto en torno a China, son más peligrosos que la crisis de los misiles cubanos.
Alegremente, los líderes políticos, militares y financieros del mundo se pavonean hacia catástrofes existenciales sin cuestionar nunca lo correcto de sus acciones. Esta arrogancia ha provocado que destacados científicos aceleren el reloj simbólico de la destrucción global a tres minutos para la medianoche, señala...