
La seguridad de que a Julian Assange se le permitirá confiar en la Primera Enmienda en su defensa es un sofisma descaradamente débil.
Trump estaba demasiado ocupado alimentando su rencor como para preocuparse por asuntos extranjeros, pero tanto su yerno como su secretario de Estado se apresuraron a aprobar un paquete de iniciativas y políticas de política exterior, escribe As`ad AbuKhalil.