
Como era de esperar, Benjamin Netanyahu ha respondido a esta decisión vociferando antisemitismo. Lo hace porque no tiene nada que se parezca a un argumento real en su defensa, y nadie más lo tiene.
Los sistemas de poder en competencia están divididos entre alternativas que amplían la división social y política y aumentan el potencial de conflictos violentos.
Es evidente que ninguno de los candidatos hará nada sustancial para salvarnos de una catástrofe ecológica, escribe Jonathan Cook.