
Procesar a las fuentes de los periodistas como espías en virtud de la Ley de Espionaje enfría la recopilación de noticias y perjudica el interés público, advierten los defensores de la libertad de prensa.
La sentencia es preocupante, pero aun así estamos encantados, escribe Craig Murray, quien, aparte de los funcionarios del tribunal, era la única persona en la tribuna pública el lunes.