
Cientos de millones de personas, desde las Américas hasta China, han sido asesinadas o sometidas para que una pequeña parte del mundo —el Atlántico Norte— pudiera enriquecerse. Eso es una locura.
Los exiliados sirios prooccidentales han lanzado una diatriba contra los críticos más informativos de la política de guerra estadounidense en un momento en que la agresividad de Washington está alcanzando nuevos niveles de intensidad.