
Como era de esperar, Benjamin Netanyahu ha respondido a esta decisión vociferando antisemitismo. Lo hace porque no tiene nada que se parezca a un argumento real en su defensa, y nadie más lo tiene.
El público estadounidense ya debería estar dándose cuenta de que en lugar de detener el genocidio, las autoridades institucionales y mediáticas estadounidenses están sofocando activamente los gritos para detener el asesinato en masa que se está cometiendo con la complicidad de Estados Unidos, escribe Elizabeth Vos.