El Departamento de Estado de Estados Unidos no realizó una conferencia de prensa el jueves, lo cual es comprensible dada la dificultad de seguir el ritmo —y mucho menos justificar— la criminalidad de su aliado Israel.
Roger Hallam, encarcelado, cree que la resistencia no tiene que ver, en última instancia, con lo que podemos o no podemos lograr. Se trata de un “reencantamiento del mundo”, dice. “Se trata de que nuestro espíritu ocupe el centro del escenario”.
La alianza maníaca entre Estados Unidos e Israel ha dejado al descubierto la farsa de la democracia occidental y la ilusión del derecho internacional, escribe Margaret Kimberley.
La incursión de Hamás fue menos un 9 de septiembre de Israel y más una Ofensiva Palestina del Tet, dice John Wight. Ninguna opresión desagradable ha dado lugar jamás a una resistencia bonita.
Jonthan Cook en la presentación por parte de la emisora británica de un documental que conmemora el primer aniversario de la masacre de israelíes en la rave Nova.
Cuando las naciones se reúnan el miércoles en la Asamblea General de las Naciones Unidas, se enfrentarán tanto a un serio desafío como a una oportunidad sin precedentes, escriben Medea Benjamin y Nicolas JS Davies.
Si los estadounidenses estuvieran realmente a cargo, tendrían alguna opción para poner fin al genocidio israelí en Gaza. Pero cuando se trata de asuntos de tanta importancia, nunca obtienen votación.
No hay ambigüedad en cuanto a que Israel está causando que Gaza sufra ocupación, apartheid y genocidio. Para contrarrestar el negacionismo israelí, he aquí una breve introducción a por qué estos términos son exactos.
En Occidente, cualquier desviación de cualquier punto de la arquitectura de las creencias neoliberales es un desafío para todo el sistema y, por tanto, debe ser erradicada.