Como suele ocurrir en la historia, las acciones de un imperio moribundo crean un terreno común para que sus víctimas busquen alternativas, escribe Vijay Prashad.
Las especulaciones de los medios de que el Primer Ministro de la India, Narendra Modi, podría no asistir a la cumbre de Johannesburgo y que la nación no es receptiva a la expansión de los BRICS pueden ser señales de que un Occidente amenazado busca "dividir y gobernar", escribe MK Bhadrakumar.
Desde Bolivia hasta Sri Lanka, los países hartos del ciclo de austeridad y deuda impulsado por el FMI y de la intimidación del bloque liderado por Estados Unidos están empezando a hacer valer sus propias agendas, escribe Vijay Prashad.
Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos construyó un sistema internacional que se basaba en la subordinación e integración de Japón y Europa, escribe Vijay Prashad.
El resultado de la cumbre de Hiroshima contrasta marcadamente con los esfuerzos de los líderes de todo el mundo que intentan poner fin al conflicto, escriben Medea Benjamin y Nicolas JS Davies.
Desde ejercer presión para obtener aviones de combate hasta suministrar uranio empobrecido, el Reino Unido se está asegurando de que la escalada sea el único camino a seguir, escribe Jonathan Cook.
El patrón occidental de intensificar continuamente la política arriesgada en materia nuclear en Ucrania ha incorporado incentivos para que Rusia intensifique sus propias agresiones directamente contra la OTAN.
Un economista que indaga bajo la superficie de un informe del FMI ha encontrado algo que debería sacudir al bloque occidental de cualquier falsa confianza en su insuperable influencia económica global.
Washington y sus aliados buscan seguir siendo hegemónicos y debilitar a China y Rusia o erigir una nueva Cortina de Hierro alrededor de estos dos países, escribe Vijay Prashad. Ambos enfoques podrían conducir a un conflicto militar suicida.