
Las universidades estadounidenses son apéndices del estado corporativo. Los educadores están cada vez peor pagados, se les niegan beneficios y seguridad laboral, mientras que los altos administradores se pagan salarios obscenos.
Bama Athreya dice que este enfrentamiento giraba en torno a quién define el empleo y que tiene implicaciones mundiales para el futuro del trabajo.