La estancia del presidente ruso en Pyongyang y Hanoi fue una prueba clara del alejamiento de Occidente que Lavrov, el ministro de Asuntos Exteriores del país, anunció a principios de año.
Entre las últimas piezas de obscenidad militarista imperdonable se encuentra un artículo que encuadra el cerco militar de China por parte de Washington como una medida defensiva de Estados Unidos, escribe Caitlin Johnstone.