
Entre las últimas piezas de obscenidad militarista imperdonable se encuentra un artículo que encuadra el cerco militar de China por parte de Washington como una medida defensiva de Estados Unidos, escribe Caitlin Johnstone.
Un funcionario de política exterior de Washington que supervisó el Grupo de Estudio bipartidista sobre Siria ha esbozado una estrategia sádica para impedir la reconstrucción de los “escombros”, informa Ben Norton.