La pérdida de las normas democráticas básicas comenzó mucho antes de Trump, lo que allanó el camino hacia el totalitarismo estadounidense. Trump es el síntoma, no la enfermedad.
Ante la catástrofe climática y el creciente riesgo de una guerra nuclear, el ex ministro de Finanzas de Grecia dice que la clase dominante mundial está “haciendo todo lo posible para empujar a la humanidad a ambos precipicios a la vez”.