La “radiodifusora de servicio público” británica ha mantenido al público en la oscuridad sobre el apoyo del Reino Unido al ataque de Israel a Gaza, escribe Mark Curtis.
Las exportaciones de armas británicas siguen apoyando la campaña genocida de Israel en Gaza porque el Partido Laborista no ha aplicado un embargo completo, escribe John McEvoy.
El ejército británico podría estar recibiendo información de Israel obtenida bajo tortura, según activistas de derechos humanos, como informan Hamza Yusuf y Phil Miller.
La administración no cuestiona que haya un genocidio en curso, escribe Marjorie Cohn. Pero el panel de apelaciones de tres jueces no pareció conmoverse ante las afirmaciones de los demandantes de que la administración Biden es cómplice del genocidio de Israel.
Al celebrar la noticia, el jefe de Defensa de los Niños Internacional-Palestina dijo que “cada día que pasa sin que la campaña genocida de Israel tenga fin resulta en una catástrofe para los niños palestinos en Gaza”.
El caso del Centro de Derechos Constitucionales contra el presidente y los secretarios de Estado y de Defensa de Estados Unidos busca una orden judicial de emergencia para dejar de ayudar a los bombardeos de Israel.
Biden, Blinken y Austin están siendo citados ante los tribunales –así como en las calles de todo el mundo– por su apoyo inquebrantable e ilegal al genocidio israelí, escribe Marjorie Cohn.
Los grupos de derechos humanos critican la inacción del fiscal de la CPI en un año en el que más de 200 palestinos, incluidos muchos niños, fueron asesinados en Cisjordania y la Franja de Gaza, escribe Marjorie Cohn.
Muna Dajani establece una agenda para repolitizar problemas ambientales como la escasez de agua y colocarlos dentro de la movilización popular contra el colonialismo.
Un expediente secreto preparado por el Shin Bet no logró vincular a las seis organizaciones directa o indirectamente con ninguna actividad violenta, escribe Marjorie Cohn.