Alemania demuestra el abandono por parte del continente de sus honorables tradiciones socialdemócratas y su aceptación, con el fanatismo del converso, del neoliberalismo de la anglosfera.
La ofensiva del presidente estadounidense contra las instituciones y agencias que componen el Estado profundo —el Estado permanente o el gobierno invisible, como también se lo conoce comúnmente— continúa.