
La reina Isabel II de Inglaterra aconsejó al gobernador general que podía derrocar al gobierno electo de Australia, y así lo hizo, informan Jenny Hocking y Peter Cronau.
John Pilger informa sobre un nuevo acontecimiento en el golpe angloamericano en el que la CIA derrocó a un aliado elegido democráticamente en Australia en un escándalo degradante en el que sectores de la élite australiana se confabularon.