La pérdida de las normas democráticas básicas comenzó mucho antes de Trump, lo que allanó el camino hacia el totalitarismo estadounidense. Trump es el síntoma, no la enfermedad.
El capitalismo tendría que inventar un Guardian, si no existiera ya, escribe Jonathan Cook. Y, a su vez, The Guardian tendría que inventar un George Monbiot, si no fuera ya uno de sus columnistas.
Un gran número de palestinos y ucranianos murieron en ataques con misiles con días de diferencia, escribe Jonathan Cook. La diferente cobertura de estos acontecimientos comparables es la clave de la verdadera función de los medios.
Si bien la muerte de Alexey Navalny contó con una cobertura noticiosa las 24 horas del día, la muerte de Gonzalo Lira en Ucrania fue prácticamente ignorada. Alan MacLeod explica por qué una muerte aparentemente importa mucho más para los medios corporativos estadounidenses.
Algunas de las naciones que se han unido para defender la Carta de la ONU –particularmente Rusia y China– han brindado a Venezuela alternativas al sistema financiero y comercial dominado por Estados Unidos, escribe Vijay Prashad.
Los israelíes bromean sobre la necesidad de diezmar a cada generación de militantes palestinos como “cortando el césped”, una fea metáfora que ha penetrado en los think tanks del Washington oficial, informó Elizabeth Murray por primera vez en 2012.
El fascismo es siempre el hijo bastardo del liberalismo en quiebra. Esto fue cierto en la Alemania de Weimar. Fue cierto en Italia. Y lo mismo ocurre en Estados Unidos, escribe Chris Hedges.
Como primates cuya supervivencia dependía de la cohesión social, ser rechazado por la tribu significaría una muerte casi segura, por lo que era necesario conformarse. Pero ya no vivimos en tiempos prehistóricos.
Los principales medios de comunicación reiteraron la afirmación de que la invasión rusa de Ucrania fue “no provocada” y desafía los hechos y los estándares periodísticos, pero ha logrado permear la conciencia colectiva de Occidente.
No son sólo los propietarios obscenamente ricos de los medios de comunicación los que protegen sus intereses de clase: son también los reporteros, editores y expertos.