
Alemania demuestra el abandono por parte del continente de sus honorables tradiciones socialdemócratas y su aceptación, con el fanatismo del converso, del neoliberalismo de la anglosfera.
Mientras ex funcionarios estadounidenses siguen negando haber torturado a detenidos en la “guerra contra el terrorismo” y el presidente Obama no logra exigir ninguna rendición de cuentas significativa, los países del antiguo bloque soviético se enfrentan a su complicidad en los crímenes de la CIA, escribe Nat Parry.