Aunque el panorama general del 7 de octubre se ha vuelto más claro, es necesaria una investigación independiente para comprender plenamente los acontecimientos, escribe Robert Inlakesh.
Nuestros censores, como lo demuestra una y otra vez el expediente, no tienen ninguna preocupación especial por actuar de manera seria. El poder no tiene esa obligación.
Debido a que Rusia e Irán son vistos como enemigos de Washington, los medios de comunicación occidentales a menudo se sienten cómodos publicando cualquier afirmación sobre ellos como un hecho, independientemente de las fuentes o las pruebas.