Mientras Donald Trump y Vladimir Putin hablan sobre poner fin a la guerra en Ucrania el martes, los líderes europeos están hablando de guerra y sólo sus ciudadanos pueden detenerlos, dice Edward Lozansky.
Sabiendo de antemano que Rusia lo rechazaría, Estados Unidos y Ucrania anunciaron con fanfarria que su acuerdo de alto el fuego estaba en “la corte de Rusia” en lo que fue un ejercicio de puro relaciones públicas, escribe Joe Lauria.
El primer ministro británico convocó una cumbre de “emergencia” en Londres tras el fiasco de la Oficina Oval para intentar convencer al mundo de que no será culpa de Europa, sino de Estados Unidos (léase: Donald Trump) cuando Ucrania colapse, escribe Joe Lauria.
En una reunión en la capital saudí que incluyó a los principales diplomáticos de Estados Unidos y Rusia, se allanó el camino para las conversaciones para poner fin a la guerra en Ucrania y mejorar las relaciones bilaterales, mientras Europa está furiosa, informa Joe Lauria.
El nuevo Primer Ministro del Reino Unido controla un arsenal nuclear capaz de matar a millones de personas, escribe Richard Norton-Taylor. La historia sugiere que debería eliminarse.
La prensa del establishment actuó de manera concertada para asesinar el carácter del fundador de WikiLeaks, haciendo respetable odiarlo, escribe Jonatahn Cook.
El gobierno del Reino Unido ha protegido repetidamente a políticos, espías y soldados israelíes de ser arrestados por crímenes de guerra cuando visitan Gran Bretaña, revelan John McEvoy y Phil Miller.
El autor no tiene dudas de que la élite política occidental es cómplice del genocidio de los palestinos a un nivel mucho más profundo de lo que el pueblo ha comprendido hasta ahora.
El alcalde de Londres, 50 parlamentarios laboristas y el nieto de Winston Churchill se han sumado a los crecientes llamamientos para desafiar la impunidad de Israel exigiendo que el Reino Unido deje de enviarle armas, informa Joe Lauria.