Mientras mata a miles de personas en Gaza, Israel gasta millones de dólares en su imagen pública en YouTube, Facebook e Instagram, escribe Alan MacLeod. El bombardeo incluye una invasión de la función de Notas de la comunidad en X/Twitter.
Fueron necesarios muchos años, escribe Patrick Lawrence. Pero por fin se ha invocado la ley contra el creciente despotismo de los liberales dominantes que intentan controlar lo que leemos, vemos, oímos y, a través de todo esto, pensamos.
Lo que el primer ministro israelí realmente piensa sobre los árabes y cómo trató a Barack Obama se revela en su reciente libro, reseñado aquí por As'ad AbuKhalil.
Las preocupaciones sobre la privacidad se están utilizando para hacer la guerra a China, dicen los escritores de CODEPINK. Estados Unidos debería centrarse en aprobar leyes federales de privacidad de datos en lugar de centrarse en una aplicación.
La presión del ejército estadounidense para “contrarrestar la desinformación” en realidad no tiene nada que ver con “desmantelar la propaganda rusa” sino con reprimir la disidencia.
Los HSH finalmente admitieron que estaban equivocados acerca de la influencia rusa en las elecciones estadounidenses de 2016, como dejó claro Gareth Porter a CN allá por 2018.
Los poderosos tienen razones para querer combatir lo que consideran “desinformación”: quieren que su versión de la verdad se convierta en la nuestra, escribe Stavroula Pabst.
Una universidad australiana ha descubierto millones de tuits de cuentas falsas que promocionaban desinformación sobre la guerra de Ucrania, informa Peter Cronau. El tamaño de la muestra eclipsa otros estudios de propaganda encubierta sobre la guerra en las redes sociales.
La “lucha por la democracia” se vuelve cada vez más tiránica, dice Caitlin Johnstone. Ahora nos enteramos de que el cártel de inteligencia estadounidense ha estado trabajando íntimamente con plataformas en línea para regular la “infraestructura cognitiva” de la población.
Peter Cronau, australiano desclasificado, señala y analiza un informe de investigadores de la Universidad de Stanford y Graphika sobre una enorme operación de propaganda secreta que se lleva a cabo desde EE.UU. El informe, de finales de agosto, ha sido enterrado por los medios occidentales.