Las fronteras arbitrarias, la ayuda miserable y las políticas crueles garantizan que las personas más víctimas del conflicto sigan a la deriva, escribe Nick Turse.
Rob Lemkin y Femi Nylander dicen que el asesinato de dos manifestantes el mes pasado en Téra, Níger, debería centrar la atención no sólo en Francia, sino en todas las antiguas potencias coloniales.
Un monumento a las muertes de civiles podría zigzaguear por los EE. UU., sugiere Nick Turse. Podría seguir extendiéndose hacia el oeste, de una manera que estimularía el interés de los estadounidenses en la historia de su nación y los conflictos en el extranjero.
Lejos al suroeste del bastión del EI-K en Nangarhara, en el este de Afganistán, y al otro lado del Mar Arábigo, se encuentran las provincias del norte de Mozambique, escribe Vijay Prashad.
Vijay Prashad reflexiona sobre el contexto geopolítico del “African Lion 21” del mes pasado, un ejercicio militar liderado por Estados Unidos en el continente africano en el que participaron las fuerzas armadas de 21 países.
Nick Turse informa sobre una catástrofe humanitaria que apenas ha comenzado a desarrollarse y que ya ha desarraigado a más personas que durante toda la Segunda Guerra Mundial.