La mayoría de los países del Sahel estuvieron bajo dominio francés durante casi un siglo antes de salir del colonialismo directo en 1960, para luego caer en estructuras neocoloniales que persisten hoy, escribe Vijay Prashad.
Todo imperio cae y la fantasía del excepcionalismo estadounidense no exime a Estados Unidos, escribe Wilmer J. Leon, III. Sin embargo, la potencia hegemónica en decadencia se comporta como si todavía controlara los acontecimientos, pero en cambio crea un peligro mundial.
En lugar de enviar tropas en respuesta al golpe, Francia y Estados Unidos parecen favorecer una solución tipo “Ruanda” aplicada en Mozambique, escribe Vijay Prashad. Sólo que esta vez la CEDEAO aplicaría la fuerza.
La Comunidad Económica de los Estados de África Occidental impone medidas económicas estrictas aprobadas por Occidente que han provocado una oleada de insurrecciones militares en toda la región, escribe Alan MacLeod.
Francia y Estados Unidos se han visto sorprendidos por el apoyo popular al golpe de Níger, mientras la tendencia hacia la multipolaridad anima a los africanos a enfrentar la explotación neocolonial, escribe MK Bhadrakumar.
Cada uno de estos golpes fue dirigido por oficiales militares enojados por la presencia de tropas francesas y estadounidenses y por las crisis económicas permanentes infligidas a sus países, escriben Vijay Prashad y Kambale Musavuli.
Los golpes del Sahel son contra las condiciones de vida que afligen a la mayoría de los habitantes de la región, escribe Vijay Prashad, condiciones creadas por el robo de soberanía por parte de las multinacionales y el antiguo gobernante colonial.