La prensa del establishment actuó de manera concertada para asesinar el carácter del fundador de WikiLeaks, haciendo respetable odiarlo, escribe Jonatahn Cook.
Los defensores de la libertad de prensa señalaron esta semana el daño causado por la persecución por parte del gobierno de Estados Unidos de un periodista que ayudó a exponer secretos de estado y pruebas de crímenes de guerra.
Después de 14 años de persecución, el editor de WikiLeaks está libre. Debemos honrar a los cientos de miles de personas en todo el mundo que hicieron que esto sucediera.
Todos todavía vivimos bajo una estructura de poder que se extiende por todo el mundo y que le ha demostrado al mundo entero que destruirá tu vida si expones su criminalidad.
Cientos de funcionarios públicos han escrito a David Cameron instando al gobierno a publicar su asesoramiento legal sobre si su apoyo a Israel viola el derecho internacional, escribe Matt Benson, un ex funcionario de ayuda.
Israel quiere enturbiar las aguas –como siempre lo hace– para poder continuar con su genocidio, escribe Jonathan Cook. Aquí hay un ejemplo de cómo los medios occidentales lo ayudan.
El fallo del Tribunal Superior de Londres que permite al editor de WikiLeaks apelar su orden de extradición lo deja languideciendo con una salud precaria en una prisión de alta seguridad. Ese es el punto.
Armas, entrenamiento y espionaje: mientras la Corte Penal Internacional acusa a Netanyahu de crímenes de guerra, Mark Curtis señala a siete funcionarios del Reino Unido por ayudar al primer ministro israelí en tres áreas.