No lograr un alto el fuego temprano en Gaza corre el riesgo de que Hezbolá abra un segundo frente, una confrontación con Irán y una guerra mundial, escribe el diputado Bhadrakumar.
Israel no sólo está diezmando Gaza con ataques aéreos sino que también está empleando el arma de guerra más antigua y cruel: el hambre. El mensaje de Israel, en vísperas de una invasión terrestre, es claro. Salir de Gaza o morir.
El hermano Peter Bray, vicerrector de la Universidad de Belén, dice que lo que ha presenciado está "cerca del genocidio" y está presionando al primer ministro interino de Nueva Zelanda para que se pronuncie contra el castigo colectivo de los habitantes de Gaza, escribe Mick Hall.
Debemos mantenernos alerta mientras el Comité de Supervisión considera las pruebas sobre la posibilidad de destituir al presidente Joe Biden, mientras los guerreros de la guerra cognitiva intentan subvertir la realidad, dice Patrick Lawrence.
Los presos en los EE. UU. enfrentan hambre y enfermedades crónicas debido a la comida deficiente y repugnante, mientras, según se informa, la nueva directora de la Oficina de Prisiones, Collette Peters, lucha contra la burocracia para reformar el sistema.
El exdiplomático británico intentó visitar la sala del tribunal donde se juzgaría a Julian Assange si es extraditado a Virginia. Le dijeron que no podía entrar.
El camino hacia un posible Armagedón nuclear ha estado plagado de oportunidades perdidas de coexistencia pacífica con Rusia y marcado por repetidas provocaciones estadounidenses, pero la neutralidad de Ucrania sigue siendo clave para la seguridad de todos, escribe Edward Lozansky.
El derrocamiento del irremediablemente corrupto Ali Bongo representa una reprimenda particularmente dura a Obama, quien preparó al autócrata gabonés como uno de sus aliados más cercanos en el continente, escribe Max Blumenthal.
Los principales medios de comunicación reiteraron la afirmación de que la invasión rusa de Ucrania fue “no provocada” y desafía los hechos y los estándares periodísticos, pero ha logrado permear la conciencia colectiva de Occidente.
Contaminación ambiental, costos de limpieza asombrosos y una cultura de secreto gubernamental: William J. Kinsella plantea el legado tóxico del Proyecto Manhattan.