El colapso económico relacionado con la pandemia está exacerbando los “tres apartheids de nuestros tiempos”: dinero, medicinas y alimentos, escribe Vijay Prashad.

Faisal Laibi Sahi (Irak), “Café 2”, 2014.
By Vijay Prashad
Tricontinental: Instituto de Investigaciones Sociales
ECada mes, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) publica un índice mensual de precios de los alimentos. El , del 3 de junio mostró que los precios de los alimentos han aumentado un 40 por ciento, el mayor aumento desde 2011. El impacto de este aumento de los precios de los alimentos afectará gravemente a los países en desarrollo, la mayoría de los cuales son importantes importadores de alimentos básicos.
Los precios suben por diversas razones. El aumento actual se debe en gran medida al colapso de importantes sectores de la economía mundial durante la pandemia. Se ciernen las advertencias de inflación general debido a la demanda reprimida relacionada con el bloqueo, los cuellos de botella en el transporte marítimo y los aumentos de los precios del petróleo. richer estados, que –debido al poder de los tenedores de bonos ricos– tienen pocas herramientas para gestionar la inflación, y por poorer Estados Unidos, que se arremolinan en una catastrófica crisis de deuda.
El aumento de los precios de los alimentos se produce en un momento en que las tasas de desempleo se han disparado en muchas partes del mundo.
El 2 de junio, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicó su informe anual “Perspectivas sociales y del empleo en el mundo: tendencias 2021”. (reporte), que demostró, como se esperaba, que el colapso económico relacionado con la pandemia ha significado la pérdida de cientos de millones de empleos y horas de trabajo. La OIT muestra que este colapso, acelerado por el Covid-19, ha provocado el “empeoramiento de los desafíos estructurales y las desigualdades de larga data en el mundo del trabajo, socavando los avances recientes en la reducción de la pobreza, la igualdad de género y el trabajo decente”.
Los efectos del colapso son “muy desiguales”, lo que exacerba aún más lo que llamar al los “tres apartheids de nuestros tiempos (dinero, medicinas y alimentos)”. Programas de vacunación estancados en países como India, que produce El 60 por ciento de las vacunas del mundo –y los graves desafíos de la deuda para países como Argentina –que no pueden lograr que los tenedores de bonos ricos le den un período de gracia para los pagos del servicio de la deuda– impiden la recuperación y fomentan el fenómeno en cascada del hambre y la desesperación.

Wayne Cahill Barker (Sudáfrica), “In God We Trust”, 2018.
Los editores de Nuevo marco (Johannesburgo, Sudáfrica) fueron struck por el hecho de que el desempleo juvenil en su país ha alcanzado el 74.7 por ciento (el desempleo general es del 42.3 por ciento, una cifra en sí misma asombrosa). Cada vez más personas luchan por sobrevivir. Las palabras del Nuevo marco Vale la pena detenerse en el editorial:
“Millones de personas soportan vidas bloqueadas, pasando el tiempo en un estancamiento marcado por círculos cada vez más estrechos de vergüenza, fracaso, miedo y desesperación. Algunos empiezan a dormir la mayor parte del día. Algunos recurren a formas transaccionales de religión, ofreciendo sumisión con la esperanza de una recompensa. Algunos sucumben a la tentación de aliviar su dolor con heroína barata. Algunos toman lo que pueden de quien pueden, como pueden. Algunos, a menudo apoyados por la gracia de familiares, amigos y comunidad, logran encontrar una manera de aferrarse a suficiente esperanza para seguir adelante.
El peso de lo que todo esto significa para estas personas y sus familias, el colosal despilfarro de sus dones y posibilidades, no se toma como una crisis para nuestro estado, las personas que lo gobiernan o la mayor parte de nuestra esfera pública de élite.
Las vidas se convierten en desperdicio, las voces en ruido en lugar de discurso, las protestas en problemas de tráfico o delitos. A la gente se le dice que su sufrimiento es una cuestión de fracaso personal y que sus intentos de afrontar su situación son consecuencia de la disolución moral. Pueden ser asesinados por el Estado durante una protesta o un desalojo sin consecuencias”.
Nada aquí será ajeno a los lectores de América del Sur o del Sur de Asia, de Papua Nueva Guinea o de Guinea Ecuatorial.

Xul Solar (Argentina), “Casas en alto”, 1922.
El informe de la OIT enseñe que las “regiones más afectadas en el primer semestre de 2021 han sido América Latina y el Caribe, y Europa y Asia Central”.
Ésta es una de esas frases –“regiones más afectadas”– que significan poco. Todas las regiones del mundo son las más afectadas y cada región está llena de sufrimiento.
No obstante, América Latina y el Caribe han sido los más afectados por el Covid-19, con el 8.4 por ciento de la población mundial y el 27.8 por ciento de las muertes a causa de la pandemia (aunque estas cifras son inexactas, dado el colapso de las mediciones en la India).
Continúan los picos de infecciones por Covid-19 en América Latina y el Caribe, el número de muertos incomparable un millón a finales de mayo de 2021. Como consecuencia de las vulnerabilidades a largo plazo en la región y los bloqueos erráticos, las tasas de desempleo son altas y el servicio de la deuda externa como proporción de las exportaciones de bienes y servicios es debilitante (más del 59 por ciento).
Un problema clave en los países de América Latina es el aumento de la pobreza entre la clase trabajadora, que incluye tanto a los que están empleados como a los desempleados. Los empleados, muchos de los cuales trabajan menos horas que antes y en condiciones precarias, tienen tantas probabilidades de enfrentar los desafíos del hambre y la indignidad como aquellos que han pasado a formar parte de las filas de los desempleados casi permanentes. Las políticas de generación de empleo “deben estar en el centro de la recuperación económica” dijo Vinícius Pinheiro, director de la OIT para América Latina y el Caribe, aunque el control de las finanzas internacionales dificulta que los gobiernos adopten políticas generadoras de empleo.

Anthony Okello (Kenia), “Orden desde arriba”, 2012.
Precisamente por eso Tricontinental: Instituto de Investigaciones Sociales –en diálogo con una red de institutos de investigación afines– ha comenzado a redactar un “Plan para los 7.9 millones” bajo el liderazgo de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Peoples' Tratado de Comercio (ALBA-TCP). Redactamos un plan de cinco puntos que esperamos estimule la discusión y el debate:
- Mejorar los niveles de bienes y servicios sociales como la salud pública, la educación pública y el ocio público para disminuir la presión sobre los salarios.
- Fortalecer los sindicatos y la cultura del sindicalismo para que las personas ya no se vean a sí mismas como individuos desesperados y aislados que intentan encontrar trabajo o mejorar sus lugares de trabajo por sí solos.
- Crear centros de empleo financiados con fondos públicos para ayudar a los desempleados a buscar empleo. Estos centros deberían estar arraigados en una red del sindicato de desempleados.
- Proporcionar sistemas sólidos de bienestar social financiados con fondos públicos sin pruebas de recursos ni requisitos laborales.
- Iniciar un proceso para acortar la semana laboral, con un salario digno para todos.
Agradecemos cualquier aportación sobre estos puntos, que formarán parte de un plan integrado que incluye una propuesta para recaudar fondos para ello. Si tiene alguna sugerencia, envíela por correo electrónico a [email protected].
Tricontinental: Instituto de Investigación Social es una red descentralizada de centros y proyectos de investigación con sede en los continentes de África, Asia y América Latina. Uno de estos centros está en Buenos Aires, donde Instituto Tricontinental de Investigación Social ha estado estudiando de cerca la crisis en América Latina y el Caribe, pero también analizando cuidadosamente las formas de salir de la crisis.
Un (reporte), por ejemplo, analiza en detalle a los trabajadores precarios de Argentina, los trabajadores excluidos cuyo trabajo mantiene unida a la sociedad. En este informe, los investigadores señalan que el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) no sólo lidera el sector con luchas contra sus pésimas condiciones laborales, sino que los trabajadores tienen una participación integrada. plan para la reconstrucción de la economía argentina.
Otra (reporte) del Colectivo de Investigación sobre el Trabajo – Argentina (colectivo de trabajo argentino) analiza de cerca el aumento de la desigualdad entre las naciones más ricas y más pobres, así como dentro de las naciones más pobres.
Estos investigadores están elaborando una evaluación sólida de la reproducción social de la pobreza con especial énfasis sobre la división del trabajo por género para equipar los debates públicos sobre el camino a seguir no solo para salir de la crisis de la pandemia, sino también para salir de la crisis del capitalismo.
En 2019, el equipo en Buenos Aires creó el Observatorio de la Coyuntura en América Latina y el Caribe (OBSAL) para producir un análisis de las estrategias y políticas que confunden a la región. Los informes del OBSAL se publican cada dos meses. En OBSAL Informe No. 12 (mayo de 2021), por ejemplo, los investigadores viajan desde las protestas masivas y la represión en Colombia hasta las elecciones para una nueva asamblea constituyente en Chile. No hay mejor lugar para captar la densidad de acontecimientos que revelan –tras el análisis– las tendencias estructurales que operan en el continente.

Gerardo Chávez (Perú), “La justicia en su laberinto”, 2009.
Durante su presentación ante la ONU Comité de Alto Nivel sobre Cooperación Sur-Sur el 2 de junio, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), dijo que el continente necesitaba erradicar la pobreza, avanzar hacia la igualdad y revitalizar el proceso de integración regional. Esta es una evaluación correcta, aunque atenuada por la intrusión de Estados Unidos y los tenedores de bonos ricos: los primeros buscan enfrentar a los países de América Latina entre sí y los segundos impiden una renegociación saludable de la deuda regional. Nuestros investigadores están reuniendo evidencia no sólo de los problemas, sino también tratando de reunir los elementos para soluciones a las crisis estructurales. Nuestros países necesitan un plan a largo plazo para salir de esta pesadilla neoliberal.
Vijay Prashad, historiador, periodista y comentarista indio, es el director ejecutivo de Tricontinental: Instituto de Investigaciones Sociales y el editor jefe de Libros de palabras izquierdas.
Este artículo es de Tricontinental: Instituto de Investigaciones Sociales.
Las opiniones expresadas son exclusivas del autor y pueden o no reflejar las de Noticias del Consorcio.
“¿Por qué” la oligarquía rica en Uber al mando de la “economía” neoliberal global insiste en bloquear todo el planeta? Para tomar prestada una frase de George Carlin: "porque te aman". Sí claro. El mismo sistema de saqueo oligárquico al que no le importa si vives sin hogar bajo un paso elevado de una autopista en Los Ángeles, sin comida, sin trabajo, sin atención médica, sin esperanza, de alguna manera "se preocupa" por si puedes "enfermarte". ¿Qué tipo de mundo de completa fantasía hay que habitar uno para creer semejante tontería?
Hasta que este autor se enfrente a la realidad –¿tal vez leyendo clásicos como “Nuevas confesiones de un sicario económico” de John Perkins y “La guerra es un escándalo” de Smedley Darlington Butler?– estará evitando el Elefante en la habitación. Los neoliberales estadounidenses controlan el mundo, y los informes de los grupos de trabajo de los países del Tercer Mundo no cambiarán ese hecho.
La multitud de Davos tiene mucho control, está de acuerdo y quiere matar a millones de pobres y especialmente de la clase trabajadora y controlar aún más al resto.
Pero no nos quedamos sentados, levantando las manos y diciendo que ellos controlan, que hay lagunas en su plan. Subculturas, cultivo de alimentos, búsqueda de formas de mantenerse saludables, organizarse, nutrirse unos a otros y alentarse: lo opuesto a la cultura asesina neoliberal. Comience a reconstruir paso a paso, una vez que comienza, las cosas suceden. La élite disoluta y loca no controla absolutamente todo.
michael888…. Vijay Parshad es muy consciente de las políticas neoliberales estadounidenses y ha escrito sobre ellas y su impacto destructivo en los países pobres... incluso las menciona en este artículo.